martes, octubre 19, 2004

El cuento del lunes 2

Ok, segunda parte, segunda historia mejor dicho... esto cada vez es más raro...

Terapia 2
En los cafés de los lunes la única regla es no hablar de política -se cree que si el primer día de la semana se habla de eso es que el fin fue muy aburrido y no hay nada más de qué hablar-, el tema estuvo a punto de salir y decidimos mejor hacer una lista con algunas palabras que nos gustan. La ociosidad nos llevó a escribir una nueva historia que siguió gozando de la incoherencia característica de los lunes. Los disparates se deben además de a la Chayo y a la Manzaniurka, también a Zai, al Sr. Brunei y al Dr. Simi.

El cuento del lunes
El albornoz blanco le cubría el cuerpo después de la ducha. El cuarto sólo estaba iluminado con la luz de una candela. Entre penumbras se vislumbró la silueta de un merovingio cuyo destino cimbrará a la humanidad. Dichas penumbras sonsacaban los más profundos y soberbios pensamientos. Por la ventana, arriba del chifonier, se observaba una meretriz caminando por el callejón. ¿Acaso era el momento de tergiversar un acto de filantrópía?, tal vez en el acaso. Era un momento embarazoso, pero infinitamente hilarante. A lo lejos se podía escuchar el sonido de un transbordador que se avecinaba, en el cual venía el nuevo primer ministro: un social-demócrata embustero que degustaba una suculenta palanqueta de amaranto cubierta con exquisito caramelo. Meditabundamente, el ministro sacó los papeles que lo identificaban como carolingio. Estaba destinado a encontrarse con la meretriz en un lugar que "seudonimaron" ocultamente la Conchinchina, pero con un alcornoque así, los momentos de sosiego serían imposibles. El ministro con un pasado de filibustero terminó su carrera como diputado plurinominal y plenipotenciario... ¿?

Ok, si no lo entendieron, nosotros menos, es lo único que creo que nos quedó claro. Ahora sí Manzanita, es todo tuyo... Ya hay que dejar de ir a ese lugar, neta le echan algo al café.