Madeja
¿Cuántas veces uno vive lo vivido más de una vez en la vida? Y avanzas creyendo que es una línea, luego ondas. Líneas, ondas. Quizás una espiral que se adelgaza y aprieta para llegar al punto que le dio origen-fin.
Los lunes
Los lunes ni las gallinas ponen. Los lunes estás todo ojeroso de las desveladas del fin, si es que saliste. No dan ganas de salir de la cama, quiero más horas soñando bonito. Otra semana, deberíamos descansar también los lunes, o al menos trabajar menos horas, que desconsiderados. Pero ahora mis lunes son diferentes, qué emoción empezar otra semana. Qué bueno es empezar los días así. Borrón y cuenta nueva, la semana pasada ya se me olvidó pero se quedó también. Y viene otra. Qué emoción bailar los lunes, me dan ganas de que todos los días sean así.
No importa cuánto he crecido, qué tan rápido he visto pasar los días y los años, o cuánto haya hecho o conocido. Sigo siendo tan niña como hace 10 años. Hay días que me descubro con las mismas ideas y confirmo lo que alguien me dijo cuando yo conocía menos el mundo: vayas a donde vayas, siempre serás el mismo.
3 minutos
Me gusta cuando camino por el centro, y cuando escucho diálogos ajenos a mis pensamientos pero cercanos a mis oidos. Me gusta que el viento pegue en mi cara y se meta hasta mi garganta, y que me despeine y me vuelva a peinar. Me gusta caminar por el lodo y que llegue a mis talones, y trepar árboles, y saberme niña de vez en cuando. Me gusta estar sola de vez en cuando y pensar, y escribir.
Un debraye manzanero
Pues si... a las manzanas les enseñan a no caerse del árbol cuando no deben, o cuando salir al mundo cuando están maduras. Parece cosa fácil pero no cualquier fruta lo sabe. A veces ni siquiera todas las manzanas. Lo malo es que no se puede regresar al árbol, entonces no sería problema salir de ahí. A veces es tiempo ya, pero ¿qué hay fuera del árbol..?
A las 12 del 31
Un nuevo año comienza. El que se fue deja más de lo que se lleva, definitivamente. 2006 será en mi memoria el año en que terminé (por fin) las clases (si es que no sale alguna gracia); cuando comencé a entender que la vida adulta es más complicada de lo que mi juventud me hacía vivir, porque los días se hicieron pesados, predecibles, cuadrados. Será también el año que me hizo comprender que las relaciones de pareja tienen más complicaciones que sencillez convertida en dificultades. Será el año tranquilo, planeado impredeciblemente, esperado. Cuando mis años eran menos, solía asumir sin cuestiones el aprendizaje forzoso de cada situación. Cuando se volvieron más, se me dificultó entrever las enseñanzas, asimilar que la vida te lleva a veces por donde tú no planeas, porque cada vez quiero planear más. En 2006 dejé llevarme, flotar y lograr sentir que todo se acomoda de repente pero no nos notifican. Aprendí a dar más, a sentir en la cuadradez de algunos días, lo que se entiende por felicidad, porque en días tan sencillos va mi vida, porque en ellos se esconde lo mucho que tengo y lo afortunada que soy. Aprendí a dar más a mi gente, a disfrutarlos. Aprendí que el amor nos aumenta la fé, y que puedo perdonar y romper con mis bloqueos, y que siempre la vida da más oportunidades de las que nosotros mismos pensamos que tendremos. Recordé que la edad es cuestión espiritual, que la madurez no debe llevarse la alegría, el gusto por la vida, las sorpresas. Recordé que me encanta ser niña y que siempre me ha gustado este juego llamado vida. Y lo mejor, es que continúa y se pone mejor.
deja vu
Hoy no voy a llorar. No voy a dedicar mi tiempo neuronal en desgastes inútiles que poco ayuden a mi estado anímico y alimenten mis intentos literarios. Me voy a sentar, en alguna de las esquinas que me gustan por no ser redondas, prenderé un cigarro, cerraré los ojos y repasaré cada recuerdo que podría ser lágrima. Después fijaré la vista en algún punto, un desconocido, una luz o una sombra, imaginando que es perfecta o perfecto como es, sin más.
Del otro lado
Una llamada en la oficina un viernes a las 12 del día, primero habla con una, luego otro, luego otra, todos lo saludan con gusto, después pide hablar conmigo. Ni lo conozco, ni se quien es. Namás me explican que el
llamador fue mensajero aquí por unos años, hablaba para saludar y quería platicar. Total, que me empieza a contar de todo... Resulta que está viviendo en Estados Unidos, en Carolina del Norte, ni me acuerdo del nombre del pueblo. Hay muchos migrantes ahí, vive en unos departamentos con los demás, se fue aunque su mamá y su familia le dijeron que no lo hiciera porque era
chambeador y aquí le iría bien, pero prefirió dinero verde. Tiene dos trabajos, uno de 8 a 3 de la tarde y otro de 3 a 1 de la mañana; uno en un restaurante de arregla-todo y otro en un super acomodando latas y productos. Luego llega a su casa y duerme, a veces no hay nada de comer porque nadie le cocina, sólo cuando tiene tiempo se prepara algo. Así pasan sus días, de 8 a 1, 40 horas a la semana en cada trabajo, o sea, 80 horas de la semana trabajando. "Pagan bien", 9.25 dólares por hora, ha ahorrado algo pero no suficiente porque pudo comprarse un carro y tuvo que pagar su "deuda"... 26,000 pesos casi para quien lo llevo y lo instalo en un trabajo. No es mucho comparado con lo que ha ganado. Una paisana que acaba de llegar le hizo unas tortillas y él le dio 50 dólares pa que se ayude en lo que encuentra trabajo... esa es solidaridad. No sabe inglés, sólo lo básico,
moni, bizne, fud, jelou... está con puro mexicano y por eso ha aprendido nahuatl y sabe que tortilla se dice "tlaxcale" (o algo así), también aprendió de una chinita que dice "sisi"=gracias. De fondo se escucha "Volveré":
un año no es un siglo y yo... Buena canción para el contexto. No tiene novia, no tiene tiempo. Le gustan los bailes y el pasito duranguense porque "aquí lo bailan bien bonito", con pantalones pegaditos, botas, camisa a cuadros y sombrero. Ponen sonidos, hay uno que se llama "La Changa", otro "La Candela". Hace unos meses fueron Los Temerarios, luego Los Bukis, luego Intocable, costaba 300 dólares cada uno pero se ponen "bien bonito". Le gusta ir a un parque, donde hay una como mesa en el centro, alrededor un lago y muchos patitos volando. Ahí renta una lancha de pedales para pasear, a 10 dólares, mientras ve cuando corren los
americanos en sus "chorsitos", sus tennis Nike ("porque aquí todo es de marca"), y sus audifonos. Vive presionado, quiere volver pronto, quizas en mayo del próximo año. Dice que vivir allá no es libertad, todo es presión, el trabajo, los pagos, la migra, las drogas, el alcohol (que no le gustan porque son muy malas y además tiene que guardar dinero) la falta de familia..., extraña a sus hermanos, a su mamá, tiene 28 años, quiere estudiar la prepa cuando regrese y a lo mejor para técnico en algo. A veces está contento y a veces triste. Me dice "amiga" y quiere contarme todo lo que yo quiera saber, de su vida, de la comida, de su trabajo, el paisaje, de lo que siente. Cuando menos me doy cuenta llevo una hora hablando con él, con tanto detalle de su vida, tanta nostalgia en su voz que no puedo menos que compartirla desde lejos. Habla para desahogarse, para que alguien que ni siquiera lo conoce, lo escuche, para sentir que tiene contacto con su patria. Eso siento. Uno de tantos, una histora tan común y compartida en los mexicanos pero tan íntima y diferente. Cada quien su historia y su dolor. Cada migrante está en el limbo, ni aquí ni allá, ni de ellos ni del mundo. Confieso que esta plática me motivo para seguir con mi tesis a la que no le he dedicado mucho tiempo, precisamente, de migración. Prometió volver a llamarme y yo me prometí ser una buena
escuchadora.
un martes
¿Que pasa cuando quieres compartirte con alguien pero que algo tuyo permanezca en secreto? ¿Es como vivir compartiéndose pero ocultarse al mismo tiempo? ¿No se tiene derecho a guardar algunos pensamientos? ¿Cómo das sin sentir que el otro sienta que le falta? ¿Cómo guardas ese pedacito de ti que se niega a ser conocido, sin que las personas que te aman sientan que sin ese pedacito no te conocen? ¿No tenemos derecho al libre pensamiento..?
Un barco y un pirata
Ayer me desperté con una sacudida bastante extraña y con la imagen de mis sueños aún presente en el ambiente de mi cuarto madrugador. Me dolían las manos. La imagen tenía movimiento y aún tenía la sensación de estar sentada en un extraño auditorio, pequeño y clásico, donde se presentaba una obra de teatro. En el escenario había un barco de madera, mujeres de vestidos
siglodiesiochoeros, hombres con pelucas, y un pirata que volaba sujetado de una liana, por encima de las cabezas de los espectadores hasta llegar al barco. Cuando al fin llegaba al barco, gritaba algo en nombre de la libertad, se abría la camisa y asaltaba el barco. Entonces, empezaron a llover disparos por todos lados. Era una especie de teatro sensorial, entonces los disparos eran simulados por pequeños alfileres que se clavaban en el público. Yo alcancé a cubrirme la cara con las palmas de las manos hacia el escenario. Terminó la lluvia de alfileres y pude ver en mis palmas todos los alfileres incrustados y tuve que retirar uno a uno. Fue doloroso. Desperté justo cuando estaba viendo mis manos aún marcadas con pequeños círculos. Muchas veces he despertado con la sensación de estar en otro lado, de querer seguir soñando, de no querer dormir más, o de querer concentrarme para evocar alguna imagen o rostro, pero nunca he sabido de donde saco tantos lugares extraños en mi cabeza o si pueden tener algún significado en especial. Algún día voy a buscar las interpretaciones.
Días nublados
El viernes amaneció nublado y mi humor parecía no estar mejor que eso... los días se me pasaron tan rapido que no noté cuanto me creció el cabello en una semana, pero fueron tan lentos que pude notar que tenía tiempo de más y eso no es tan frecuente. De cualquier modo, me ha dado por caminar de nuevo sola por la calle, y notar lo rápido o lento del movimiento de la gente, contar el tiempo que tarda alguien en dar un paso o tan solo darme tiempo para sonreir e indagar en una mirada. Invertir tiempo en eso puede ser muy productivo, y si no es productivo, me es satisfactorio. A pesar de mis pocos ánimos por hablar, todavía podía sonreir. Creo que tenía esa especie de concentración en mi desconcentrancia (¿se entiende no?) Me senté en un puesto garnachero de una familia muy amable, una de queso, una de flor y un agua de jamaica. En eso, dentro de mi concentración quesadillera alcancé a escuchar un pandero aún sin voz, y de pronto, una voz masculina comenzó a cantar una rola rockanrrolera. La he escuchado miles de veces pero no tanta enjundia. Termina, siguiente canción... y va con dedicatoria, el hombre empieza su discurso: buenas tardes, esperamos que se la sigan pasando bonito, esta canción va dedicada a... (lo piensa) todos ustedes! (de veras lo dijo con enjundia) para que sigan teniendo un bonito dia, esperemos que les guste este ROLONONÓN (acentuando). Y empieza con enjundia: "Si estás en la carretera y oyes un bip bip ten la seguridad que se trata de mi..." What? Eso, un rolononón. En ese momento ya, me habia hecho el día, sentí como si hubiera más solecito y no pude contener una risa, todos los que estábamos sentados nos veíamos queriendo compartir nuestra sopresa y reírnos juntos aunque fueramos una bola de extraños. El hombre la cantó completita. Qué buena chispa, con todo y pandero. Obviamente sacó muchas monedas, y sobre todo, muchas sonrisas de la gente. Esas son las cosas que se agradecen. Creo que de ambos lados. Es tan fácil sonreir y que cosas tan simples pueden lograrlo.
¿Oximoron?
Que alguien me explique como vivir con esta libertad...
De regreso 56..73 parte
Otra vez, antes de que me la miente alguien, no se porque he dejado de escribir, pero yo misma me la miento. Lo he necesitado tanto... En algún momento era tiempo de hacer y terminar cosas, y ahora que las he hecho busco nuevos caminos dentro de mi misma. Hay nuevas cosas en el aire, para la familia, el amor, los amigos, los proyectos. Me estoy encontrando nuevamente sin siquiera haberme perdido. Tengo tantas historias en la cabeza que un buen día tendré que sentarme y escribirlas todas hasta que me duelan los dedos. Esto del blog se ha vuelto todo un estilo de vida, algunos bloggeros se sienten tan comprometidos con sus fans que buscan nuevos temas y modos originales de complacerlos. No está mal, de algún modo es parte de la posmodernidad, la comunicación íntima impersonal, general y masiva. Escribir sentimientos o pensamientos ocultos que salen sin tener a quien dirigirlos, porque a veces no van ni a uno mismo. También hay quien escribe lo más cotidiano, y quienes lo leen se reflejan en ello como un escape o una mera distracción. Pero definitivamente sirve para conocer a la gente y ser parte de esta red más pequeña cada vez. Definitivamente cada quien tomará lo que le venga en gana, y que viva el blog.